Para muchas personas que batallan para dormir, ya sea para conciliar el sueño o para mantenerse dormidos a lo largo de la noche, tomar medicamentos que provoquen sueño suena como un remedio rápido y sencillo. Aunque sus efectos puedan parecer auxiliadores, estos medicamentos pueden provocar graves consecuencias a la larga.
Existen muchos medicamentos que causan somnolencia, éstos suelen llamarse hipnóticos, somníferos o sedantes. Entre ellos se encuentran las benzodiacepinas, los agonistas no benzodiacepínicos, los antidepresivos y los antihistamínicos y suelen utilizarse por muchos médicos para tratar la depresión, ansiedad y otras enfermedades psiquiátricas. Además, hasta hace poco tiempo, también se utilizaban como primera línea para tratar el insomnio. Sin embargo, su uso de rutina para tratar esta enfermedad ya no se recomienda. Hoy en día, la terapia cognitiva conductual para insomnio es el tratamiento de primera línea y los medicamentos se recomiendan solo por tiempo limitado y únicamente en caso de que ésta haya fallado.
La mayoría de los medicamentos hipnóticos son altamente adictivos y generan tolerancia. Para comprender esto, es importante entender el significado de estas palabras. Adicción significa que generan una dependencia física y psicológica, es decir, si logras suspender el medicamento puedes llegar a tener episodios de sudoración, náusea, dolor de cabeza, dolores musculares y otros síntomas de abstinencia. Por otro lado, tolerancia significa que con el paso del tiempo, la dosis necesaria para obtener el mismo efecto debe aumentar, en otras palabras, nuestro cuerpo puede acostumbrarse al medicamento y necesitar más y más para que nos ayude a dormir.
Por otra parte, si se recetan este tipo de medicamentos a personas que tienen otro trastorno del sueño subyacente que no se ha tratado o diagnosticado, pueden empeorar la situación. Por ejemplo, la apnea del sueño es un trastorno en el cual mientras dormimos, la vía aérea se colapsa en episodios que son tan largos que provocan desaturaciones de oxígeno, los cuales se terminan cuando la persona se levanta y por fin logra respirar. Si alguien con apnea del sueño toma medicamentos somníferos, éstos provocan que nuestro umbral de despertar se eleve, por lo que hacen que estos episodios de apnea se vuelvan mucho más largos. Este efecto sedante de los somníferos puede ser sumamente peligroso e incluso mortal en alguien que tiene apnea.
Es muy importante que antes de tomar medicamentos, tu diagnóstico se evalúe y verifique muy bien para que recibas las recomendaciones adecuadas. En la Clínica del Dormir, uno de nuestros trabajos como médicos expertos en sueño es eliminar la necesidad de medicamentos para dormir. Nuestro objetivo es que logres un sueño saludable y de la manera más natural posible.
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Lorena Zorrilla
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